Hablemos de nuestra salud mental.
Mi deseo es que estés bien.
Pero dime - si nos encontráramos en la calle y te preguntara: “¿cómo estás?” - ¿Te atreverías a responder con la verdad? Y si lo hicieras, ¿estaría yo dispuesta a aceptar tu realidad en ese momento?
Todos pasamos por períodos de fortaleza y debilidad en lo que respecta a nuestra salud mental. Pero no todos tratamos esos momentos como trataríamos un dolor de cabeza o un diagnóstico de diabetes o alguna emergencia física. No todos creen que la salud mental y la salud en general son la misma cosa. Punto y aparte.
Cuando era niña, mis padres me inculcaron una vida espiritual sólida, pero parte de mi comunidad de fe, en aquel tiempo, rechazaba la noción de que necesitábamos expertos para tratar e incluso para sanar nuestra salud mental.
Quizás tu entorno cultural o histórico hicieron que desconfiaras de los profesionales de la salud mental.
Cualesquiera que hayan sido tus circunstancias en el pasado, mi deseo es que TÚ estés bien. Y que sepas que no estás solo. Ahora tanto tú como yo tenemos la dicha de vivir en un tiempo y en un espacio con mayor acceso a recursos. Quizá esta guía te ayude.
Amo el compartir esta ciudad contigo. Amo su belleza, su sistema educativo, su cultura y sus historias.
A medida que nos adentremos en esta carta hablaremos sobre algunos recursos para la salud mental, cómo mantener nuestras armas de fuego fuera del alcance de los niños y les presentaré una nueva serie en la que hablaremos de algunos ex-estudiantes del Austin ISD que están cambiando el mundo.
Anda, camina conmigo. Cuidemos que nadie se quede solo.
🫂 Joy