By Paul Stinson
Although Georgia Halverson won’t graduate from McCallum High School until 2024, the nationally-recognized fiddler is already focused on getting her sound to graduate before she does.
Halverson, who started playing violin at age four, is also a member of the Perfect Fourth Quartet, a string quartet composed of Halverson and three of her McCallum classmates, fellow violinist Thea Krische, violist Z Campbell and cellist Mateo Jones. In addition to frequent performances at school ceremonies and graduations, Perfect Fourth will play their first paid gig this weekend, accompanying the Austin Women’s Chorus for their winter concerts on December 10 and 11.
“My goals right now are basically just becoming more professional, with the performance sounding like someone that’s not a student,” said Halverson, who wowed judges – as first reported by McCallum’s Ingrid Smith— with a second-place finish at the National Oldtime Fiddlers’ Contest and Festival in Weiser, Idaho. The Idaho competition is a marquee event on the national fiddling circuit and dates back to 1953, five decades before Halverson was born.
The Idaho win followed Halverson being named “Favorite Fiddler” by the Texas Old Time Fiddlers Association earlier this year. The Texas group was founded in 1973 to celebrate and preserve the Texas Style fiddling art form.
“I think the quartet has been great for [a sense of] community,” says Krische. “There’s so much stuff we get to do, not only with music but outside of it.”
Halverson said some of the remarkable aspects of the fiddling community are its melting pot feel and social harmony, as musicians and fans find common ground in the joy of fiddling.
“I learned that the community that you build there – it’s just so amazing because there’s people from all different viewpoints, all different political stances,” she said.
“They all come together and play this music without having to worry about ‘what’s their stance on this issue’ – everyone just comes together and makes music and has fun and it’s not about anything else,” said Halverson.
And it’s that broader sense of community, along with the impact of teachers and classmates, that Halverson credits with developing the confidence she needed to establish a national reputation in competitive fiddling.
“I am a very quiet person – in middle school, if you tried to talk to me, I would barely engage in conversation,” she said.
“But these past few years – especially coming out of Covid -- the community that I’ve built here [at McCallum] and the quartet have made me come out of my shell a lot. I’m just able to engage with people a lot more. That’s definitely helped a lot in the fiddle community because .... of my social skills growing.”
Halverson’s capacity to engage listeners was on full display when she took the stage at the national fiddle contest in Idaho this summer, where judges score the musicians on danceability, old-time style, rhythm and tone quality. Festival Chairman Cindy Campbell said the judging panel of accomplished fiddlers was impressed by Halverson's presence, which multiple judges described as an "awesome groove" or "so groovy."
“It was so amazing to make this accomplishment that I’ve been building towards for years,” said Halverson, noting her progress on fiddling skills and not freezing up on stage in front of the judges. “It all just kind of came together at this competition.”
At the national contest in Idaho, each contestant must play three songs: a hoedown/breakdown, a waltz and a tune of choice, all of which has to be delivered under 4 minutes during the first two rounds and under 5 during the third. The time constraints at the national contest challenge musicians to distill their musical selections to their essence.
It’s not just about the performance, but each musician's capacity to showcase their musical knowledge, said Halverson. “If there’s a really classic song like Billy in the Lowground, there’s certain parts in that song that the judges will be expecting because it’s a song that’s played all the time,” she said.
“In Texas we don’t have time limits at our contests so that four-minute time limit is quite the challenge for Texans to go up there,” said Texas Old Time Fiddlers Association board member Katie Crawford, who also judges contests frequently.
“I was really excited to hear she got second-place because it is definitely really tricky.”
In the wake of a pandemic that decimated live music of all kinds, the fiddling community is working to connect young fiddlers like Halverson with the fiddling greats who have gone before them.
“I feel it is very important for the future health of the fiddling tradition for young fiddlers to take lessons or learn from an older fiddler,” Campbell said. “The music for the tunes is now found in books published by teachers where it used to be passed down through the generations of fiddlers. Without young talent like Georgia, the ability to play and the music would become a dying art.”
La galardonada violinista McCallum se une a sus amigos para su proximos conciertos
Por Paul Stinson
Traducción de Melissa González
Aunque Georgia Halverson no se graduará de la Escuela Preparatoria McCallum hasta 2024, la violinista reconocida a nivel nacional ya está enfocada en hacer que se gradúe su sonido antes que ella.
Halverson, quien comenzó a tocar el violín a los cuatro años de edad, también es miembro del cuarteto Perfect Fourth, un cuarteto de cuerdas conformado por Halverson y tres de sus compañeros de McCallum: su compañera violinista Thea Krische, le violista Z Campbell y el violonchelista Mateo Jones. Además de presentaciones frecuentes en ceremonias escolares y graduaciones, Perfect Fourth tendrá su primera actuación pagada este fin de semana, acompañando al Coro de Mujeres de Austin en sus conciertos de invierno el 10 y 11 de diciembre.
"Mis metas en este momento son básica y sencillamente volverme más profesional, para que la interpretación suene como alguien que no es una estudiante", dijo Halverson, quien sorprendió a los jueces (según lo reportó por primera vez Ingrid Smith de McCallum) al quedar en segundo lugar en el Concurso y Festival Nacional de Violinistas de Ataño en Weiser, Idaho. La competencia de Idaho es uno de los principales eventos en el circuito nacional de violín y se remonta a 1953, cinco décadas antes de que naciera Halverson.
La victoria en Idaho siguió al nombramiento de Halverson como "Violinista Favorita" de la Asociación de Violinistas de Antaño de Texas este año. Este grupo de Texas se fundó en 1973 para celebrar y preservar la forma de arte de interpretación de violín al estilo de Texas.
"Pienso que el cuarteto ha sido excelente para crear [un sentido de] comunidad", dice Krische. "Hay tantas cosas que tenemos la oportunidad de hacer, no solo con la música, sino más allá de ella".
Halverson dijo que algunos de los aspectos notables de la comunidad de violinistas es el ambiente de crisol y armonía social, al encontrar los músicos y los aficionados un punto común en la alegría del violín.
"Aprendí que la comunidad que estableces ahí es simplemente increíble, porque hay personas con todos los diversos puntos de vista, todas las diversas posturas políticas", dijo.
"Todos se reúnen y tocan esta música sin tener que preocuparse sobre 'cuál es su postura en relación con este asunto'; todos simplemente se reúnen y tocan música y se divierten y no se trata de nada más", dijo Halverson.
Y es a ese sentido más amplio de comunidad, junto con el impacto de maestros y compañeros de clases, al que le da crédito Halverson por haber desarrollado la confianza que ella necesitaba para establecer una reputación nacional en la interpretación de violín competitiva.
"Soy una persona muy callada; en la escuela secundaria, si tratabas de hablarme, apenas participaba en la conversación", dijo.
"Pero estos últimos años, especialmente al salir del COVID, la comunidad que he construido aquí [en McCallum] y el cuarteto me han ayudado mucho a salir del cascarón. Simplemente puedo relacionarme con la gente mucho más. Eso definitivamente me ha ayudado mucho en la comunidad de violinistas, porque... han aumentado mis destrezas sociales".
La capacidad de Halverson de cautivar a la audiencia saltó a la vista cuando pasó al escenario en el concurso nacional de violín en Idaho este verano, en el que los jueces evalúan la idoneidad para el baile, el estilo de antaño, el ritmo y la calidad del tono de los músicos. La presidenta del festival Cindy Campbell dijo que el panel de jueces, conformado por violinistas consumados, estuvo impresionado por la presencia de Halverson, que varios jueces describieron como un "ritmo increíble" o "realmente estupendo".
"Fue increíble alcanzar este logro para el que he estado trabajando por años", dijo Halverson, señalando su progreso en las destrezas de interpretación del violín y no congelarse en el escenario frente a los jueces. "Simplemente todo salió bien de alguna manera en esta competencia".
En el concurso nacional en Idaho, cada participante debe tocar tres canciones: una contradanza/breakdown, un vals y una tonada de su elección, todo lo cual debe terminar en menos de 4 minutos durante las dos primeras rondas y en menos de 5 durante la tercera. El límite de tiempo en el concurso nacional desafía a los músicos a que condensen sus selecciones musicales para mostrar su esencia.
No se trata solo de la interpretación, sino de la capacidad de cada músico de demostrar su conocimiento musical, dijo Halverson. "Si hay una canción muy
clásica como Billy in the Lowground, hay ciertas partes de la canción que los jueces estarán esperando, porque es una canción que se toca todo el tiempo", dijo.
"En Texas no tenemos límite de tiempo en nuestros concursos, así que ese límite de tiempo de cuatro minutos es realmente un reto para los texanos que asisten", dijo la miembro de la mesa directiva de la Asociación de Violinistas de Antaño de Texas Katie Crawford, quien también es juez de concursos con frecuencia. "Me emocionó mucho escuchar que quedó en segundo lugar, porque es definitivamente muy difícil."
Después de la pandemia, que decimó la música en vivo de todo tipo, la comunidad de violinistas está trabajando para poner a violinistas jóvenes como Halverson en conexión con los grandes del violín que han pasado antes que ellos.
"Siento que es muy importante para la salud futura de la tradición del violín que los violinistas jóvenes tomen clases o aprendan de un violinista mayor", dijo Campbell. "La música de las tonadas ahora se encuentra en libros que publican maestros, mientras que antes se pasaba a través de las generaciones de violinistas. Sin talento joven como Georgia, la capacidad de tocar y la música se convertirían en un arte en peligro de extinción."